La fábula de los tropos y un Grupo de Ayuda Mutua.
- Andres Borregales
- Mar 6, 2022
- 5 min read
Updated: Mar 8, 2022

Hands Series | Frank Lloyd Wright by Pedro E. Guerrero | 1953.
“En términos de amor, cuando se habla de relaciones, básicamente no importa quien seas, la reina de Inglaterra o cualquiera, cuando se trata de amor y relaciones todos son iguales” Freddie Mercury entrevista con David Wigg, 1985.
Este trabajo pretende la comunicación de dos partes diferentes, la primera parte es una historia de niños, la segunda parte es la proposición de una idea a partir de una experiencia.
De alguna manera los comienzos de todo grupo humano son fabulosos en la medida en que Fábula también quiere decir logos, ciencia, conocimiento y saber, de ahí que el animal hablante nos impresione como un ser invadido por el hambre de saber, como un estar constantemente atravesado por afectos que experimenta en los estados de su cuerpo.
Los comienzos de nuestra especie, de nuestra idea del ser humano fueron fabulosos pues arrancaron por la metáfora, desde el momento en que la lengua giró sobre sí misma y se encontró en el espejo del significante, ahí se mordió la cola por así decirlo. Luego la lengua se desplazó en el tiempo y se extendió por el espacio, y así la metáfora se hizo cada vez más grande y compleja.
Por su propia dinámica interna la metáfora se dividió en partes y cada parte tomó la palabra, asimilándose a sí misma cada parte con el todo, con la mítica metáfora primaria. Así nacieron las sinécdoques, giros de la lengua con esa totalitaria tendencia a tomarse a sí mismos por el todo, por el Uno del lenguaje. Es posible que podamos encontrar a la sinécdoque en la base de cada partidismo político y de cada movimiento social, por distintas que sean las tendencias que defienda.
La lengua continuó con su desplazamiento y su transformación, conociéndose en todo momento y en todo lugar, penetrándose a sí misma por dentro y por fuera, en lo grande y en lo pequeño, en todo lo dicho y en todo lo nombrado y más allá del nombre. De esa necesidad de nominar, de nombrar nació la metonimia, el tropo que permitió el cambio de los nombres, el giro de la lengua que permitió expresar la palabra por la cosa. Esta necesidad de tomar la palabra por la cosa la vemos manifestarse tanto en la experiencia del amor, como en la narración histórica y de una forma más descarnada en las psicosis. La expresión de esa disposición íntima de la que viene el gusto por moverse que hay en la palabra es la metonimia, una bella y potente fuerza del inconsciente.
Siguió su desarrollo y dando forma y materia al ser humano la lengua pintó esta idea cuya especie tiene siempre un destino un poco irónico, destino en el doble sentido de repetición tanto en automaton como en tyké, e ironía pues somos en la naturaleza el único animal cuyo verdadero propósito es develar el sin sentido de su propia existencia, la motivación del sujeto fundamentalmente parte del desconocimiento de su propia realización como chiste en la estructura del lenguaje.
De ahí que la vida anímica de cada ser hablante realiza, con el cuarto nudo de su síntoma, la escritura de una ironía encarnada. A lo largo de un análisis ese devenir irónico del síntoma se llega a tramitar en la economía energética del sujeto de una forma metafórica y ya no tan real. Hemos de tener por importantes los momentos en los que el inconsciente se manifiesta como risa, pues es la gracia y pista que el sujeto reconoce como propia en su transferencia con la vida.
Eso que somos en el lugar del Otro en tanto que pregunta lo escribimos en lo real con los actos como respuestas vivas, pues somos tropos de la lengua y solo en ellos conocemos los giros de nuestro propio inconsciente.
Habiendo contado la fábula de los tropos de la lengua, pasemos ahora a conocer la idea que la propone, a saber, la experiencia de un Grupo de Ayuda Mutua (GAM) de 7 pacientes masculinos psicóticos todos asistentes a un Centro de Día en el que tuve la oportunidad de trabajar. Esta iniciativa se desarrolló durante 3 meses aproximadamente y hasta la fecha es mi primera experiencia práctica grupal, así como también mi primer contacto con el bagaje teórico e histórico de los Grupos de Ayuda Mutua en el contexto de la Salud Mental Pública.
La idea es pensar que cada miembro del grupo hace las veces de un tropo o giro diferente de una lengua inconsciente pero compartida, creo que podemos sostener esta proposición tomando en cuenta los vínculos a identificaciones compartidas y positivas entre los miembros del grupo, como por ejemplo: el estigma social hacia las enfermedades mentales, la falta de acompañamiento psicoterapéutico y la sobremedicación como hilo conductor del estado de los sujetos en este discurso.
También resulta posible apoyar la idea aquí propuesta a partir de las identificaciones negativas y de diferencias entre los miembros del grupo, como lo son: el caso de prejuicios personales, formas de carácter y reacciones propias al medio social a partir de su propia condición.
Teniendo en cuenta que la necesidad de escucha, de amor y de respeto era lo sentido comúnmente en el discurso y el ánimo de los participantes del GAM, me parece posible encontrar en esas expresiones de apego el sentido común, podríamos decir, que hay en todo grupo, a saber, las relaciones amorosas hacia el saber inconsciente en las que cada ser hablante participa cuando actúa en lo social, cuando conmueve a otro ser hablante bien sea con su palabra o bien a través de su silencio.
Cada miembro del grupo representa la metáfora de ese espacio para los demás miembros, esa metáfora es vivida a través del acuerdo de normas de funcionamiento, horarios, etc. que organizan la actividad mental de los participantes en transferencia con la idea de grupo, así comienzan a esperar el día del GAM, a pensar lo que quieren decir, compartir y trabajar con los otros en lo que se manifiesta de real en ese compromiso simbólico que es la palabra.
Luego cada miembro de grupo representa un discurso que con respecto al de su vecino, es ya un desplazamiento del interés por el lugar del Otro de acuerdo con un deseo específico, por ejemplo: en un grupo como el que está aquí en cuestión, un paciente maníaco, al entrar en temas que removieron sus afectos durante la sesión, fue presa de la metonimia de la que su discurso y su dinámica mental dieron cuenta, siendo difícil reducir la aceleración y la excitación en un momento así.
Sin duda que en cada grupo humano se repite algo programado por la lengua y es que a su manera, cada miembro de un discurso es su propia sinécdoque, pues representa inevitablemente que el inconsciente se abre hacia el cielo por un lado diferente para cada uno.
Finalmente la ironía del tratamiento psicosocial de las psicosis en servicios de Salud Mental, es la misma que atraviesa todas instituciones del ser hablante, a saber, el chiste, la broma pesada en el que se sustentan todos los esfuerzos de la comunicación humana, y sin embargo, este trabajo es el único motivo de nuestro existir profesional, articular la demanda de amor con la necesidad de liberación de los apegos, la demanda de escucha con el deseo de tomar la palabra, la ilusión de justicia con la gracia que permite el comercio con el mundo, con sus objetos y el Otro.

Hands Series | Frank Lloyd Wright by Pedro E. Guerrero | 1953.
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