Estatuto del Saber y Cristalización de un discurso
- Andres E. Borregales M.
- Feb 20, 2017
- 5 min read

Nota del editor: Esta son algunas articulaciones que presentamos ante la comisión científica internacional de las Jornadas Europeas de la Escuela de Psicoanálisis de los Foros del Campo Lacaniano. "El Saber del Analista y su Saber-Hacer". Octubre, 2016.
Estatuto del Saber y Cristalización de un discurso
El análisis es una experiencia y para hablar de ella hay que, por lo menos, haber entrado ahí. Es precisamente por haber entrado en dicha experiencia que nos autorizamos para hablar entonces aquí.
El saber del psicoanalista y su saber hacer son las funciones que nos invitan hoy a continuar la enseñanza de Lacan, al menos a retomarla desde vías desconocidas hasta ahora. No creo que sea una tarea que se asume solo por una exigencia, la de teorizar sobre de lo que de la experiencia se puede decir, sino porque cada análisis en curso o llevado hasta su final lógico, es en sí mismo una renovación, de alguna forma, de esa enseñanza.
Comenzaré hablando de la cuestión que me ha parecido más problemática, la cuestión del saber hacer del analista.
Hablar del saber hacer del analista me parece que no es posible si no se considera, si no se introduce de antemano la cuestión del saber hacer con el síntoma, para decirlo en estos términos <saber hacer del analista con su síntoma> Creo que es difícil poder articular una lógica del saber hacer posible, que remita a la práctica analítica, sin antes acordar que tuvo que haber habido un recorrido por la propia arquitectura sintomática, por parte de aquel que sabe lo que hace ahora como analista-sinthome.
Hablar del saber hacer del analista es entonces hablar de la cosa más cotidiana de la vida, es preguntarse por el ¿Como le haces? De ahí su inminente dificultad para procurarle una formalización. Considero complicado que haya una enorme distancia entre la práctica de un analista, eso que el o ella hace, con lo que de saber hacer con su real le quedo tras su propio recorrido por el sentido.
En su declaración de 1974 para France-Culture, a propósito del vigésimo octavo Congreso Internacional de Psicoanálisis, al cual Lacan no estaba invitado, dijo lo siguiente que ahora tomaré para ilustrar mi punto anterior.:
“El análisis es el pulmón artificial gracias al cual se intenta asegurar lo que hay que encontrar de goce en el hablar para que la historia continué”
Creo que en nuestro “avance” por decirlo más en sentido figurado, no es poco considerar que el saber hacer del analista en cuanto tal, está intrínsecamente articulado con lo que podríamos llamar una sabiduría de su propio sinthoma, si algo así podría existir. Pero vemos que está vinculado con el ¿Como le haces? que mencionaba y que Lacan presenta bajo la fórmula: “Lo que hay que encontrar de goce en el hablar” en un pulmón artificial ¿Para que? Dire que para vivir, supongo.
¿Cómo podría funcionar ahí donde se lo exige como analista, si no fuera porque ocupa ese lugar al cual él mismo llegó por haber sido en otro tiempo un psicoanalizante? Si no por haber encontrado algo de goce en el hablar, es decir, en eso que se repite en nuestra vida, siempre lo mismo y que sin embargo incorpora lo nuevo. Lacan en esa misma declaración lo indica con una pregunta ¿Que es lo que se repite? Un cierto modo de gozar, es lo que nos da como respuesta. En esta perspectiva, el saber hacer del analista con su sinthome, incorpora, en su repetición lo nuevo bajo la forma de su práctica, de ahi la peculiaridad de su acto. Al menos ésta es una formulación a discutir.
Vale la pena recordarme que toda la cuestión del saber hacer aquí planteado, no nos interroga más intimamente sino al nivel de la comunicación de los estatutos de analista y de analizante, este lazo que une por el tiempo del análisis a los dos estatutos, esta marcado precisamente por la función repetida en el título de nuestra jornada y que me permite enlazar a la cuestión del saber del analista, en tanto que la función del saber ocupa un lugar diferente que para su analizante en la medida en que lo implica con un real.
Para el analista el saber está a la altura de lo elucubrado sobre lo real como imposible, podría decirse saber sobre su propio real para ser solidarios con el sujeto analista. Pero nuevamente me veo reintroducido, como por un tirabuzón, a que en cuanto a lo que hace, es decir, en tanto a su práctica, el analista está ahí para permitirle a su analizante elaborar su propia, sino elucubración, al menos su propia suposición de y sobre el saber, esto sucede a veces con horror por parte del analizante pero lo cierto es que el analista está ahí y hace algo.
Creo que se podría preguntar ¿Qué hace el analista? Pero hemos de preguntar por él ¿Como lo hace? ¿Desde donde hace lo que hace?
En su declaración de 1974, Lacan señalaba lo siguiente:
“Por eso es preferible que el analista, quien, afortunadamente, no tiene allí toda la parte de acción, sepa lo que hace. Saber lo que hace quiere decir saber en qué discurso está tomado porque es esto lo que condiciona el orden del hacer del que es capaz”.
Me parece que la articulación original del análisis como práctica, es precisamente que en el campo del hacer hay una condición de discurso propia y reconocida previamente, a saber, el discurso analitico, esto es lo que condiciona el orden del hacer del que el analista es capaz. Desde siempre se ha sospechado en ésta indisoluble relación entre el pensamiento, la palabra y la acción, pero aquí las tres funciones poseen una supeditación que el psicoanálisis trabaja en su campo que es el sujeto del inconsciente.
En un análisis cuando un analizante no puede localizarse en un discurso, en el suyo particularmente, es susceptible de que algo de esto se corrobore por la vía de sus actos, como es el caso del acting out, por ejemplo, donde es importante resaltar el lugar desocupado por las condiciones de saber no sabido, si me permiten la expresión, en los actos del analizante mismo por su carácter inconsciente, es esto lo que supone un salto al límite en el acto como tal. Me parece que aquí vale la pena la expresión: <No sabe que sabe lo que hace>
Por eso puede seguir yendo alguien a ver a un analista, si este permite a ese que sería el analizante, hacer un par de vueltas por eso que es la verdadera definición del inconsciente, para Lacan en la conferencia de la Universidad Católica de Louvain en 1972. “Un No saber que lo sabe”.
Recapitulando...
Diferencias y longitudes entre el estatuto del saber para el analista y para el analizante, bruscamente introducido quizás, pero podemos ver una distancia en los actos de uno y otro, porque al nivel del hacer donde se involucra la función de un acto supuesto, esta distancia entre la posición del analista y del analizante toma lugar, no por la convicción de todo cuanto se hace, un analista puede no tener idea del alcance de su acto para la ruta de vuelo de su analizante, sino porque el analista se sabe tomado en un discurso mientras que el analizante, de cuyo lado acompaña el discurso del amo en la medida en que su inconsciente es el único en juego en el dispositivo, tendrá que pasar al anverso de este por esa torsión moebiana que se llama la experiencia analítica, para ver en cual discurso está tomado y tomar alguna posición en relación a sus actos.
Es un trabajo en marcha pero toda articulación posible entre el saber del analista y su saber hacer pasa por ubicar: el estatuto del saber para el analista y su reconocimiento de que en cuanto límite, su acto le impone la condición de su discurso en tanto que es ahí donde está tomado.
Referencias Bibliográficas:
Conferencias “El saber del psicoanalista” (1971-1972) en Lacaniana, Compilacin bajo la direccion de Moustapha Safouan. Texto establecido por Dominique Simonney y Alain Lemosof. Editorial Fayard. Paris, Francia. (2001).
Declaración en France- Culture a propósito del 28vo Congreso Internacional de Psicoanálisis.
Publicado en Le Coq-Heron (1974), nº 46/47 pp, 3-8. Documento digital en link:
Conferencia de Jacques Lacan. Universidad Católica de Louvain (1972). Material audiovisual ubicable en link: https://www.youtube.com/watch?v=C9yN0Ggij78